Siempre sale el sol...

Una novela policíaca diferente, tanto en el planteamiento, como, sobretodo, en el final. Mejor enfrentarse a ella sin saber nada, la cual, muchísimas veces, es la mejor manera de encarar novelas, películas, música y el arte en general. La historia parte de la realidad y, a lo largo de la misma, plantea toda esa zona gris que es nuestro mundo, donde ni todo es blanco ni negro, ni los malos son siempre atrapados, ni los buenos acaban por saber el que, el como, el cuando y el quien. Prefiero no desvelar nada del argumento, y, si alguien lo toma, yo casi que incluso le diria que se abstuviera de leer la contraportada. Con saber que es del género policiaco, le ha de bastar... Tit. La Promesa Aut. Friedrich Dürrenmatt

Viaje vital del protagonista, Jed Martin, a través del cual conoceremos su peculiar forma de ver y entender el mundo, la soledad querida y buscada que le acompaña a lo largo de toda su trayectoria. A un tiempo pesado en su lectura, y fácil de entender, el libro te regala momentos brillantes en que el protagonista, al que describiria como artista de las artes plásticas dado que igual utiliza la fotografia como la pintura para expresarse, intenta comprender como actua la mente de un escritor al que conoce y admira en un momento dado de la novela, y da de pensar en el autor del libro, en la mente de un pintor que intenta entender la mente de otro escritor. Me ha parecido muy interesante la forma en que expresa las emociones pero, sobretodo, lo que más me ha impactado, es como la troupe que acompaña los acontencimientos del mundo artístico, los llamados críticos del arte, periodistas, entendidos... como describen la obra del protagonista dándole significado a piezas que, para

Paseando por Barcelona...

Primer libro de Paul Auster para mi. Entra bien, se digiere bien. Deja un cierto regusto amargo en el paladar. Me recuerda, salvando las distancias, al Miguel Delibes de “Diario de un emigrante”, uno de mis libros favoritos. Quizás sea la narrativa en primera persona, la forma de enlazar los pensamientos del protagonista con lo que le sucede, el caso es que me lo ha recordado, si bien el emigrante de Delibes es un continuo en el presente, mientras que el protagonista de “El Palacio de la Luna” nos avisa ya en el primer párrafo de aquello que acontecerá, y la gracia está en como nos lleva a ello. Partiendo de la primera persona que ya ha vivido los hechos, nos hace un retrato de todo su camino vital, y no tan sólo el suyo propio, sino el de otros personajes que se cruzan en su camino. Me ha gustado mucho Marco Fogg, su forma de hablar, de dar vueltas a las ideas, de justificar lo injustificable, y la crudeza de sus sentimientos, de sus razonamientos. No es tan importante las cosas

Sorprendente. Brillante. Dos novelas policíacas que van más allá de los casos que investigan, que profundizan en las razones por las cuales el protagonista, nuestro inspector prematuramente retirado, no solo ¡y por dos veces! se enfrente al misterio que llama a su puerta, sino que se enfrenta a si mismo, al porque de sus razonamientos, a sus miedos, a su propia vida en pareja. Más allá de las historias que parecen inverosímiles al plantearlas, de esos crímenes casi imposibles, está el hombre que tiene que decidir que hacer con su vida más allá del trabajo que parecia llenarla a toda hora. Sin duda, se encuentran muchísimos comentarios sobre que ocurre en ambas novelas, el planteamiento, el desarrollo, las incertidumbres, pero a pesar de lo que engancha, a pesar de que necesitas saber no ya el porqué si no el como ha ocurrido todo, yo me quedo con el personaje femenino. Esa mujer que parece estar siempre ahí, dia tras dia, paciente en su espera continua, en el deseo y el anhel

Esperando... Hace rato que te espero. Abro la ventana y salgo al balcón. La luz de la mañana hiere mis ojos. Hace horas que salió el sol, pero, aquí, en nuestra habitación, parecia que no había pasado el tiempo. Miro sobre mi hombro hacia el interior. Está todo como tu lo dejaste. ¿cuanto hace de ello? ¿una hora? ¿un mes? ¿un año, ya? Vuelvo a mirar al exterior. Oigo el murmullo del tráfico y algun retazo de conversación perdida de los que esperan a que cambie el color del semáforo. Otoño. Invierno. Primavera. Verano. Todos los dias son iguales si no estas tú. Tu madre ha decidido que tus recuerdos, nuestros recuerdos, ocupan demasiado espacio. Dice que ya es hora de avanzar, de recoger las cosas y de seguir adelante. Lo dice de boquilla. Para que lo oigan sus amigas, tu padre, algún que otro familiar pesado... Hay manchas en mi que dicen lo contrario. ¿cuantas noches te hemos esperado, abrazados, y sus lágrimas se han secado en mi pecho? El resto de nosotros te seguimos aguardand